¿Qué sucede en nuestro cerebro? ¿Por qué y cómo nos enojamos, nos posicionamos, sesgamos nuestro pensamiento, construimos nuestra narrativa…? ¿Por qué una situación nos provoca enojo y no podemos explicar lo que nos pasó para “perderlo” o dejar de ser conscientes del daño que hemos hecho, de las consecuencias de nuestro comportamiento? ¿Por qué, cuando sentimos tensión en la interacción con otra persona, muchas veces se dispara el enfoque automático hacia ella como “culpable”, iniciando en mí la actitud de “razón” junto con un impulso de vencerla y estar por encima de ella? ¿Por qué cuando tenemos un desacuerdo con alguien, automáticamente nos enfocamos en sus faltas e incluso vienen a nuestra memoria “ofensas” del pasado que nos sirven de argumento? ¿Por qué cuando logramos poner palabras a nuestros sentimientos, nuestro espíritu se asienta? ¿Por qué, en el proceso de mediación, hay un momento -“mágico”- en el que las partes se miran y empiezan a comunicarse en un buen tono? Porque…? Estas preguntas y muchas otras están en el corazón y en el desarrollo de este libro. A través del relato, la autora les da respuestas basadas en la teoría del conflicto, la neurociencia y la observación de su propia práctica personal y profesional, desde el rigor y la ética que merecen en la práctica de la gestión y mediación de conflictos, invitando al lector a seguir haciéndolo por sí mismo. . .