El 4 de octubre de 1999, en una Conferencia de Abogados Penalistas Alemanes, celebrada en Berlín, Günther Jakobs provocó indignación por la existencia del Derecho Penal del enemigo, más que del Derecho Penal ciudadano. Se refirió a que el enemigo tiene derecho penal en determinadas áreas delictivas, por ejemplo, en relación con el narcotráfico, el crimen organizado, el terrorismo, los delitos económicos y los delitos sexuales. Destacó la necesidad de limitar el Derecho Penal del ciudadano y el Derecho Penal del enemigo. En cuanto al enemigo, negó el carácter de una persona, sugiriendo que todo aquel que se proponga ser tratado como persona debe dar una cierta garantía cognitiva a cambio de comportarse como persona, si tal garantía no existe o es rechazada explícitamente. Es el derecho penal que pasa de ser la reacción de la sociedad a la acción de uno de sus integrantes a la reacción del enemigo. En el Congreso, la revelación de Jakobs provocó una fuerte reacción, ya que la mención del enemigo, algunos se asociaron con la idea de Carl Schmitt y la Ley en el régimen nazi, a lo que Jakobs fue criticado por no tener al enemigo como persona. La discusión sobre el Derecho Penal del enemigo fue muy importante después del 11 de septiembre de 2001, lo que dio lugar a muchas publicaciones. Günther Jakobs, por su parte, negó cualquier implicación con la idea de Carl Schmitt y cualquier conexión con el arbitraje en el que incurrió el régimen nazi. Sobre esto, este libro analiza el pensamiento de Günther Jakobs sobre el Derecho Penal del enemigo y el Derecho Penal del ciudadano, comparándolo con la dicotomía amigo-enemigo, de Carl Schmitt, y el régimen nazi.