Han pasado dos años desde que se publicó este libro. No se me ocurrió que pudiera aceptarlo bien; Estoy más acostumbrada a la crítica negativa y la censura, a ser la “enemiga del feminismo” ya torcer mis palabras. Entonces, cuando el feminismo necesita repensarse más que nunca, comenzando por repensar su propio contenido político, creo que el primer tema es bienvenido: requiere una forma diferente de pensar sobre la identidad y las relaciones sexuales que le permitan crecer y la victoria y el castigo. que él percibió como condenado y, con más o menos éxito, ese es el propósito de este libro (De la nota a la segunda edición).

La autora coloca sobre la mesa disturbios inquietantes, similares a los de la victoria y los niños caracterizados por sociedades posmodernas, que estarían dominadas por la aceptación y promoción de cierto feminismo. Como resultado del feminismo que se cree tiene una verdad moral inviolable, que se explica en el libro, el dogmatismo ha sido reemplazado por el pensamiento libre y racional (Del prólogo «Una feminista skeptica», de Agustín Malón).