Cerramos el último número del año y verificamos que Asia estuvo presente en las seis ediciones anuales de POLÍTICA EXTERIOR y de forma recurrente en politicaexterior.com. Hace poco más de una década se empezó a anunciar el giro asiático del orden internacional y hoy podemos confirmar que el giro ya se ha producido. Los hechos estadísticos -el crecimiento del PIB de algunas economías continentales, los flujos de inversión, la dinámica demográfica, el desarrollo tecnológico- se suman a la acción multilateral y la trayectoria de diferentes culturas asiáticas alrededor del mundo. Sin embargo, el factor más importante en lo que se puede llamar el exagerado “siglo asiático” es la seguridad global, cuya historia se ha desplazado del Atlántico al Pacífico.

Para analizar las claves del comienzo del siglo asiático, acudimos a Casa Asia, que este año celebra su 20 aniversario. El resultado es una colaboración que se ve reflejada en el bloque central de este número y que tendrá lugar a lo largo de 2022 con otros artículos y actividades. España no puede ignorar lo que está pasando en Asia; ya sea en Afganistán con el nuevo gobierno talibán, en India con un nacionalismo creciente, en el sudeste asiático con creciente prominencia multilateral, o en China y declarando sobre la hegemonía asiática y mundial.

Las siguientes páginas describen un enfoque de Asia desde la geopolítica: el papel de la Unión Europea, la consolidación del espacio euroasiático, la posición de la ASEAN en la competencia Washington-Beijing, los acuerdos comerciales; pero también desde la perspectiva de la política exterior española -por qué, por qué y cómo se lanzó la estrategia asiática- y desde la dimensión social y cultural, con el análisis de los jóvenes españoles de origen chino y pakistaní y la irrupción del cine asiático en las pantallas occidentales. Todo esto de autores europeos y asiáticos.

La seguridad marcará la conversación, el análisis y la mirada hacia Asia. En POLÍTICA EXTERIOR seguiremos la evolución de los riesgos y amenazas en el Indo-Pacífico, sin olvidar que las dimensiones “blandas” y multilaterales son parte de la naturaleza de un actor similar a la UE. C