A principios del primer milenio antes de Cristo. C. algo estaba cambiando dramáticamente para los habitantes de la Península Ibérica. Después de periodos frecuentes, conectando y fortaleciendo las redes de contacto comercial mediterráneo para abrir nuevos mercados y adquirir los metales deseados, que abundan en estas tierras, los fenicios establecieron sus primeras colonias permanentes y desarrollaron complejas redes de interacción. la población local. del sur y sureste de la Península, a la que llamaron Ispanya. Con el tiempo, algunas de estas colonias tendrían un desarrollo urbano importante y se convertirían en poderosas ciudades basadas en su soberanía única sobre estas regiones, al tiempo que abrirían rutas comerciales estables hacia el Atlántico. La arqueología de los últimos años ha aprendido mucho sobre los fenicios sin hogar y sus patrones de asentamiento e interrelación, y nos proporciona información cada vez más precisa sobre los orígenes de estos primeros asentamientos, así como la explotación de la agricultura, la minería y la pesca. . En los horizontes geográficos estaría el mítico Casitérides, bien ubicado hoy en el estuario de Galilea; En su herencia cronológica, la perdurabilidad de la identidad fenicia perduraría incluso durante la romanización de Hispania.