Regrese a las raíces de nuestra civilización, a sus historias y mitologías originales, para descubrir y recordar la época en que Dios era mujer.

La otra mitad de Dios muestra que desaparece de nuestra memoria la Diosa Madre, que vino antes que Dios Padre, y que todavía está presente de diferentes formas en las dos tradiciones que engloban nuestra imaginación: la Biblia y la mitología griega. La diosa, que aún domina la mitología mesopotámica, y cuyo culto fue conducido al patriarcado, esperaba un mundo dividido por hombres y mujeres, sin pecado ni castigo.

El libro se estructura según tres marcas de lo contemporáneo: destrucción, castigo y misterio. Y hay un paradigma sobre el que no desaparece el pequeño ensayo: la mujer es la culpable por excelencia de todas estas historias. Escritura que lleva el impulso verbal y femenino de contar historias en presencia de otras personas.